Cómo distinguir distintos tipos de medusas

  • A través de imágenes y una breve descripción, te enseñamos cómo diferenciar algunas de las medusas que puedes encontrarte en las costas españolas

Con la llegada del verano, miles de visitantes indeseables llegan a las costas españolas para desgracia de los bañistas. No nos referimos a los turistas sino a las medusas, animales acuáticos cuyo contacto irritante puede arruinar las mejores vacaciones. Para que no te pillen desprevenido, te enseñamos cómo distinguir las diferentes medusas y te contamos cuáles son sus efectos.

1 Medusa común (Aurelia Aurita)

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La medusa común tiene un cuerpo circular, en forma de copa. Es de color blanco y transparente, a menudo con tonos azulados o rosados. Su sombrilla (la parte flotante) está rodeada por largos y delgados tentáculos urticantes.

Habita en mares templados y cálidos y se acerca con frecuencia a las costas, arrastrada por las corrientes.

La superficie exterior no es urticante, pero sus tentáculos sí, aunque no tienen efectos graves para los humanos a parte de la sensación de escozor.

2 Medusa huevo frito (Cotylorhiza tuberculata)

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La forma y color de la sombrilla es característica, aplanada y con forma de huevo frito gracias a su protuberancia central pardo anaranjada.

La medusa huevo frito es común en todo el Mediterráneo. En España, puede encontrarse particularmente en aguas del sur en verano y otoño. Tiene una capacidad limitada de producir urticaria, con efectos leves, no pasando del picor y la irritación de piel. El contacto con una de estas medusas no requiere atención médica especial, a no ser que se produzca una reacción alérgica.

3 Ortiga de mar (Chrysaora quinquecirrha)

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La ortiga de mar (Chrysaora quinquecirrha) es una especie de medusa propia de estuarios atlánticos. Tiene forma de campana simétrica semitransparente con rayas y manchas rojas, anaranjadas o pardas. Algunas no tienen rayas, con un color blanco u opaco.

Si bien su veneno es letal para las presas pequeñas, no presenta riesgos para el ser humano, más allá del ardor característico que produce mediante el contacto con sus tentáculos.

4 Fragata portuguesa (Physalia Physalis)

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Debido a su peligrosidad, es la medusa que despierta más pánico cuando aparece en aguas españolas, aunque técnicamente no es una medusa sino un organismo colonial cuyos individuos se especializan para mantener viva la colonia. Su parte flotante es violácea, con finos tentáculos suspendidos de color violeta.

El contacto con estos tentáculos puede tener consecuencias graves para los nadadores. El potente veneno produce en ocasiones un shock neurálgico (daño al sistema nervioso cuando el cuerpo no recibe suficiente flujo de sangre) con intensísimo dolor, con peligro de ahogamiento. Produce quemazón y laceraciones en la piel.

5 Aguamala (Rhizostoma pulmo)

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El aguamala tiene una sombrilla acampanada muy amplia, de color azul violáceo y con una banda de color violeta en el borde. Posee ocho tentáculos compuestos por numerosos lóbulos pequeños, con células urticantes que provocan un picor leve. Es común en el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico.

El contacto con humanos es irritante pero no produce efectos dermatológicos graves. No deja marcas pero sí produce un profundo escozor.

6 Pelagia noctiluca (Pink jellyfish)

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Es una medusa pequeña, transparente y con tonos rosados y violáceos. Es fosforescente en la oscuridad y posee 16 tentáculos largos.

Es una especie oceánica que en ocasiones llega a costas españolas, aunque su presencia no es frecuente.

Es una especie peligrosa por su alta toxicidad. Sus tentáculos poseen un veneno que, además del dolor y la sensación de quemazón, puede producir náuseas, vómitos, parálisis, calambres musculares o dificultad respiratoria. Las marcas en la piel pueden durar varias semanas.

7 Medusa de compases (Chrysaora hysoscella)

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Tiene una sombrilla de un tamaño cercano a los 30 centímetros de diámetro. Su color es blanco amarillento y posee un diseño radial característico en forma de 16 líneas sobre su sombrilla. Aparece frecuentemente en el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, aunque no es una especie muy común en España. Produce picor y quemazón al principio, dejando luego lesiones en la piel que pueden durar varias semanas.

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