Cómo seguir una dieta sana y equilibrada

  • Hay que combinar de forma efectiva la ingesta de proteínas, grasas e hidratos de carbono

La salud y el bienestar pasan, en gran medida, por seguir una dieta sana y equilibrada. Hay que potenciar el consumo de pescado, frutas, verduras, legumbres, productos lácteos y aceite de oliva. Por el contrario, se debe reducir al máximo la ingesta de dulces, bollería industrial y grasas saturadas. En este practicograma te mostramos las claves para comer bien y saludable y los beneficios para la salud de una correcta alimentación.

1 La importancia de comer bien.

El hombre necesita alimentarse para vivir. Los nutrientes presentes en los alimentos le aportan la energía necesaria para hacer frente a las actividades diarias y mantener en funcionamiento su organismo.

Para estar sano y mantener un rendimiento óptimo todos los días es necesario seguir una dieta saludable y equilibrada. Ésta se consigue combinando los alimentos de forma efectiva para ingerir los nutrientes necesarios de acuerdo con la edad, el sexo y el nivel de actividad física.

Muchas enfermedades están directamente relacionadas con una mala dieta mantenida a lo largo de los años: obesidad, trastornos cardiovasculares, cáncer, osteoporosis, hipertensión y diabetes tipo II.

2 Proteínas, hidratos y grasas, en el equilibrio está la clave.

Hay tres nutrientes presentes en la naturaleza: las proteínas, los carbohidratos azúcares y las grasas. Una alimentación sana pasa por combinarlos todos de forma adecuada. La correcta proporción que daría lugar a una dieta equilibrada sería la siguiente.

-Entre un 15% y un 20% de los nutrientes deben ser proteínas. Cumplen una función de construcción y regeneración del tejido muscular y de transporte de otros nutrientes, entre ellos las grasas.

-Entre un 25% y un 30% deben ser grasas. Estos nutrientes son empleados por el organismo fundamentalmente para producir energía.

-Entre el 50% y el 60% deben ser hidratos de carbono. Al igual que las grasas, los carbohidratos son usados por el organismo principalmente para generar energía.

3 El origen de los nutrientes.

A parte de combinarlos adecuadamente, es muy importante escoger los nutrientes correctos. Proteínas, grasas e hidratos los hay de muchos tipos, y una dieta sana pasa por ingerir los adecuados.

“Entre un 15% y un 20% de las proteínas que se ingieran deben ser de pescado”, comenta el Dr. Charro Salado, Catedrático de Endocrinología y nutrición de la UCM y director del Centro de Estudios Endocrinos. “Contiene una grasa Omega-3 muy beneficiosa para el corazón”. Recalca también la importancia de consumir proteína de origen vegetal.

De todas las grasas que se ingieran, se debe intentar que la máxima cantidad posible sean poli-insaturadas. Éstas se encuentran en el pescado (Omega 3), los cacahuetes, las almendras, la soja o el aceite de girasol y son muy beneficiosas para el corazón. Por lo menos otro 10% deben ser grasas saturadas, que también son beneficiosas. Se debe reducir al máximo la ingesta de grasas saturadas. Presentes en los fritos, la carne roja, la leche o productos derivados como la mantequilla, tienen mucho colesterol y pueden generar problemas cardiovasculares.

Por último, el Dr. Charro Salgado apunta que “por lo menos el 50% de los carbohidratos deben ser complejos”, presentes en la fruta, las hortalizas, las legumbres y los cereales. “De todos los azúcares que se ingieran, menos del 10% deben provenir de dulces, bollería industrial o refrescos”.

4 Vitaminas, minerales, y fibra.

Las proteínas, las grasas y los hidratos no son los únicos componentes presentes en los alimentos y necesarios para una dieta sana y equilibrada. “Las vitaminas, los minerales, la fibra y el agua son nutrientes que no aportan energía, pero que son muy necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo”, comenta José Luis Sánchez Benito, farmacéutico adscrito al Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid.

Las vitaminas y minerales tienen propiedades antioxidantes, y a largo plazo pueden evitar un gran número de trastornos, incluyendo la arterioesclerosis, los problemas de infertilidad y el cáncer. Estos nutrientes están presentes en distintas proporciones en una gran variedad de alimentos, por lo que es recomendable seguir una alimentación lo más variada posible.

En cuanto a la fibra, Sánchez apunta que “a parte de favorecer las funciones mecánicas de evacuación, sirve para que las bacterias del colón produzcan ácidos grasos de cadena corta, muy beneficiosos para el sistema cardiovascular”. Este nutriente se encuentra en algunas frutas (ciruelas, manzanas y cítricos fundamentalmente), verduras (espárragos y otras verduras de raíz, guisantes, repollo) y en cereales y alimentos integrales.

5 La dieta tiene que adecuarse al nivel de gasto de energía.

Es importante que la dieta se ajuste al gasto energético de cada persona. El estudio ‘La dieta equilibrada, prudente o saludable’ , de la Comunidad de Madrid , explica cómo se pueden calcular las necesidades de energía de un individuo. Hay que obtener la denominada ‘tasa metabólica en reposo’. Se parte de su sexo, edad y peso y se usan las ecuaciones propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la fórmula de Harris-Benedict.

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